jueves, 18 de septiembre de 2008

Sin,con, o quizá


















Prisas incendiarias regateaban las baldosas,
sin reloj que degustara el sabor de su castigo.
Mañanas de nivea, nenuco y nubes rosas
excursiones acabadas en el roto de tu ombligo.

Clases de desdoble en las dunas de tu pelo
fisica y quimica en las escaleras del olvido.
Carreras en pasillos con sabor a caramelo
acicalan mis recuerdos en cada noche que se ha ido.

Derrama escarcha el vagon de mi pasado
en carceles de cloro, de rutina, de memoria,
envileciendo las agujas de un reloj siempre atrasado,
cuando sea niño no habra drama en esta historia.

Asi pues vendamos cara la derrota
de letras, pagares y acuses de recibo
cicatrices de papel caeran hoy en bancarrota
cuando aquellos muros dibujen los versos que no escribo.




Un silbidito

El frió alarde su existencia en el hueco de mi pecho.
Me da muestras de que aun quedan tus pasos caminando hacia algún cielo del norte. Me habla de lo prestado, como besos, y tu sal, efervescente en mi sangre.
Sé por él, también, que tus noches colapsan cuando caen plumas de pájaros que alguna vez trajeron caricias, cuando en el reloj no caben suficientes agujas para marcar las horas en que recorres su contorno.
Ya no me sorprende vivir en tu aire, en el eco de un llamado que viene de las paredes, que soñó una mañana al salir de mi boca.
El humo en el que vas, del que yo también soy esclavo, es humo de las cenizas de nuestras palabras, de las ilusiones con vencimiento y de acordes que suenan en una canción.
Algún día, cuando tus ojos descansen del temporal que te acecha, podrás leer en la luna, el presagio que la madrugada esconde. Se hará cargo de tus dolencias y de otros amores que no saben de heridas.+