miércoles, 6 de abril de 2011

Las calles están ardiendo

Y de nuevo en primavera. Se desnudan las calles, los naranjos comienzan a contar verdades, el barrio se llena de escotes,la gente se resiste a cruzar los portales. Se intesifica el tráfico en el Parque del Oeste de intrépidos carricoches, de motos a pedales capitaneadas por enanos adictos a los colores de abril. La cerveza comienza a ver la luz en los jardines de la Facultad, el Club Rabat conserva la flor del mediodía, a los apuntes se le olvidan los borrones, incluso se divisan ciertos plannig de exámenes a la vista, las uñas de las manos pierden enteros, los libros de Derecho se amontonan en el escritorio junto con los de Historia pero no tapan, jamás, esa foto con la que tu pelo desataba el viento ... y mis días crecen a la velocidad de tu sonrisa.
Abril siempre supo a esperanza. Creo que es el único mes que necesito esperar con bendita ansiedad. Cada abril es una bocanada de ilusiones, de rabia precisa para compartir sueños. Esa sensación de ver el borde, la orilla, la esquina de algo bueno que vendrá. Quizá porque sea la antesala del verano o simplemente porque sea abril, no hay más. Es isla perdida para optimistas y pesimistas, sólo hay que mirar los periódicos, verle la cara a Rajoy o Zp, a la tribu del FMI, o a los canallas de TeleMadrid, no hay más.


El frío ya no golpea en la noche pero el semáforo en ámbar me recuerda que todavía, incluso en abril, Marc, mi vecino, hace la ronda por los supermercados de Chamberí para ver si pilla algo caducado. Compra pan de dos días por 10 centimos porque invierte sus ahorros en suelas de zapato, experto en las colas del INEM, y en detectar a mil kilómetros la misma invitación: "Deje aquí su curriculim, ya le llamaremos". Patrick sigue sin vender una "Farola" pero su sonrisa abre todas las mañana la calle Gaztambide, y hoy no estrenará ropa. Abril también tiene sombras. Y hay que aprender de ellas mientras tarareo la lista de sueños por cumplir. Y por aquí, se huele a ti, no hay más.




7 comentarios:

Anónimo dijo...

Patrick sigue sin vender una "Farola" pero su sonrisa abre todas las mañana la calle Gaztambide, y hoy no estrenará ropa...
Antonio ME ENCANTA =)

aNita

Alba dijo...

sigue alegrándonos cada abril con escrito como este!

Manu dijo...

PRIMO...OLÉ!

Anónimo dijo...

antoñito...olé maestro!!

Pedro R. dijo...

Puto Antonio. Cada día escribes mejor. Disfruta del día que ya tienes 24 a tus espaldas.

Un abrazo.

Luis Martín dijo...

Aunque te despistes y no te guste el arte noble de la tauromaquia, pegas unas verónicas de locura.

Cuídase, que Dylan nos vigila.

Ramón dijo...

Estas colado hasta los huesos. Que bien te veo.
Ramón