viernes, 4 de septiembre de 2009

Me quedan dos meses, nadie lo sabe. Seré brutalmente sincero con cada una de las personas que me importan, y también con las que no, qué me importa. Sacaré mis trapos sucios al sol y servirán de mortaja de lo antiguo, de lo escrito en un tiempo que ya no es.
Queda un mes. Lo peor ha sido decirle a una amiga que nunca me gustaron sus versos; quemé su primera novela, la detestaba.
Quedan días. Me estremece la idea de perder la visión de mí mismo, de no reconocerme en mis versos cuando llegue el momento. Siento mi pasado como una sombra extraña, ya no es la mía, pertenece a otras historias, vacías de palabras; desprecié la perfección y esa decisión enfermó mi alma.
Queda una noche. Amanece, por fin he aniquilado mi mediocridad literaria con un plan premeditado. Soy libre para escribir. Sea ahora la exacta palabra.

1 comentario:

David dijo...

Hace tiempo que te esperábamos. Es verdad que darás un Recital de poesía en una sala de Madrid?
Un saludo, nos vemos en Octubre.