sábado, 14 de junio de 2008

El Loco de la colina

En noches insulsas, esas en las que tu espalda y la calma desentierran el hacha de guerra, las horas se descuelgan de los grilletes del tedeo. Parece que siempre recurro a lo mismo, desde hace demasiado tiempo. Una de las mejores medicinas que colocan sin alcohol, cerca de una voz rotunda, experta, verde y cargada de libertad de esa con más ocho letras.
En mi habitación sembrada de folios que algún día volarán, este loco siempre vuelve, con la palabra por fusil. Desterrando el aullido en aquella lejana colina, acerca ilusiones y momentos mágicos cuando arranca sus silencios a su pertrechado micrófono.
Ponme otro güisqui que mañana te lo pago.
Vivir sin soñar es inhumano. Más del exceso que la sobriedad...

"Creo que no hay nada más terrible que el propio miedo. El miedo es como una cadena que nos impide caminar, como una camisa de fuerza que no nos deja movernos, como una cárcel invisible que nos priva del placer de la libertad.Por miedo nos quedamos sin contemplar los fantásticos paisajes que hay más allá de la frontera del temor. Por miedo nos negamos a caminar, a cambiar, a descubrir nuevos caminos y nuevos horizontes. Por miedo nos conformamos con la mediocridad y con la rutina. Por miedo no nos atrevemos a ser nosotros mismos y nos negamos y nos contradecimos. Por miedo dejamos de hacer lo que nos gustaría y hacemos cosas que aborrecemos. Por miedo nos dejamos oprimir y avasallar. Por miedo preferimos ignorar las verdades y nos refugiamos en las mentiras." Jesus Quintero


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojalá que volviera, muchos necesitamos sus noches para conciliar el sueño de otra manera.